“LA ENVIDIA es hija del orgullo, y si se la abriga en el corazón,
Conducirá al odio, y éste a la venganza y al homicidio”.
UNA LECCIÓN
CONTRA LA ENVIDIA.
1 MARÍA y Aarón hablaron contra Moisés a causa de la mujer cusita que había tomado; porque él había tomado mujer cusita. 2 Y dijeron: ¿Solamente por Moisés ha hablado Jehová? ¿No ha hablado también por nosotros? Y lo oyó Jehová.
9 Entonces la ira de Jehová se encendió contra ellos; y se fue. 10 Y la nube se apartó del tabernáculo, y he aquí que María estaba leprosa como la nieve; y miró Aarón a María, y he aquí que estaba leprosa. Num. 12.
SI EL DESCONTENTO Y LA ENVIDIA DE MARÍA no hubiesen recibido una señalada reprensión, habrían resultado en grandes males.
LA
ENVIDIA
es una de las peores características satánicas que puedan existir en el corazón
humano, y es una de las más funestas en sus consecuencias.
DICE EL
SABIO: "Cruel es la ira, e impetuoso el furor; mas ¿quién parará delante
de la envidia?" (Prov. 27:4).
FUE
LA ENVIDIA
la que causó la primera discordia en el cielo, Y EL ALBERGARLA ha obrado males indecibles entre los hombres. "PORQUE donde hay envidia y contención,
allí hay perturbación y toda obra perversa." (Sant. 3:16.)
NO DEBEMOS CONSIDERAR COMO COSA BALADÍ EL HABLAR MAL DE LOS DEMÁS, ni constituirnos nosotros mismos en jueces de sus motivos o acciones.
"El que
murmura del hermano, y juzga a su hermano, este tal murmura de la ley, y juzga
a la ley; pero si tú juzgas a la ley, no eres guardador de la ley, sino
juez." (Sant. 4:11).
SÓLO
HAY UN JUEZ,
"el cual también aclarará lo oculto de las tinieblas, y manifestará los
intentos de los corazones." (1 Cor.
4:5).
Y TODO El Que Se Encargue De Juzgar Y Condenar a sus semejantes
USURPA la prerrogativa del Creador.
LA
BIBLIA
nos enseña en forma especial que prestemos cuidado a no acusar precipitadamente
a los llamados por Dios para que actúen como sus embajadores.
EL
APÓSTOL PEDRO,
al describir una clase de pecadores empedernidos, los llama "atrevidos,
contumaces, que no temen decir mal de las potestades superiores: como quiera
que los mismos ángeles, que son mayores en fuerza y en potencia, no pronuncian
juicio de maldición contra ellas delante del Señor." (2 Ped. 2:10,11).
Y PABLO, en sus instrucciones dadas a los que dirigen las iglesias, 406
Dice: "Contra el anciano no
recibas acusación sino con dos o tres testigos." (1 Tim. 5:9).
EL QUE IMPUSO A CIERTOS HOMBRES la pesada carga de ser dirigentes y maestros de su pueblo, hará a éste responsable de la manera en que trate a sus siervos.
HEMOS de honrar a quienes
Dios honró.
EL
CASTIGO
que cayo sobre María debe servir de
reprensión para todos los
que, cediendo a los celos, murmuren contra aquellos sobre quienes Dios puso la
pesada carga de su obra. 407 PP/EGW/MHP