Los males que son tan evidentes en la época actual, son los mismos que trajeron la destrucción al mundo antediluviano. "En los días antes del diluvio" uno de los pecados prevalecientes era la embriaguez. Del registro del Génesis aprendemos que "se corrompió la tierra delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia". El crimen reinaba supremo; la vida misma estaba insegura. Los hombres cuya razón estaba destronada por la bebida embriagante, consideraban una cosa baladí el tomar la vida de un ser humano.
"Como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre". La embriaguez y el crimen que ahora prevalecen, han sido predichos por el mismo Salvador. Estamos viviendo en los días finales de la historia de esta tierra. Es un tiempo solemnísimo. Todo señala la pronta venida de nuestro Señor (Review and Herald, 25-10-1906).
LOS JUICIOS DE DIOS EN NUESTROS DÍAS. Debido a la impiedad que se produce en gran medida como resultado del uso del alcohol, los juicios de Dios están cayendo hoy sobre nuestra tierra (Counsels on Health, pág. 432).
LA LECCIÓN OBJETIVA DE SAN FRANCISCO. Por cierto tiempo después del gran terremoto de la costa de California, las autoridades de San Francisco y de algunas ciudades y poblaciones menores ordenaron el cierre de las tabernas. Fue tan notable el efecto de esta ordenanza estrictamente cumplida que los hombres pensadores de todo el país, especialmente en la costa del Pacífico, dirigieron su atención 24 hacia las ventajas que resultarían de un cierre permanente de todos los despachos de bebidas. Durante muchas semanas siguientes al terremoto, en San Francisco se vio muy poca ebriedad. No se vendían bebidas embriagantes. El estado de cosas desorganizado y confuso, hacía que las autoridades urbanas temieran un aumento anormal del desorden y del crimen, y quedaron grandemente sorprendidas al comprobar lo contrario. Aquellos de los cuales se esperaban dificultades, no dieron sino muy pocas. Esta inusitada falta de violencia y crimen podía atribuirse en gran medida a la no consumición de bebidas embriagantes.
Los directores de algunos de los
principales diarios sostuvieron que el cierre definitivo de las tabernas
resultaría en el mejoramiento permanente de la sociedad y serviría a los
mejores intereses de la ciudad. Pero el
sabio consejo fue desechado, y a las pocas semanas los traficantes de alcohol
consiguieron el permiso de abrir nuevamente sus negocios, tras abonar una suma
considerablemente mayor de la que había entrado en las arcas de la municipalidad
en concepto de licencia.
En la calamidad que sobrevino a San Francisco, el Señor se proponía barrer con los despachos de bebidas que han sido la causa de tanto mal, miseria y crimen; sin embargo los guardianes del bienestar público traicionaron la confianza depositada en ellos legalizando la venta de licor. . . . Ellos saben que al hacerlo están virtualmente autorizando la comisión de crímenes; sin embargó el conocimiento de este seguro resultado no los arredra. . . . El pueblo de San Francisco deberá responder en el tribunal de Dios por la reapertura de las tabernas en esa ciudad (Review and Herald, 25-10-1906).
SIGNIFICADO DEL ESTADO DE COSAS ACTUAL. A pesar de las muchas evidencias del aumento del crimen y la impiedad, los hombres rara vez se detienen a pensar seriamente en el significado de estas cosas. Casi sin excepción, los hombres se jactan de la cultura y del progreso de la edad presente.
Sobre aquellos a quienes Dios ha
dado una gran luz descansa la solemne responsabilidad de llamar la atención de
otros al significado del aumento de la embriaguez y del crimen. También debieran poner ante la mente de otros
las Escrituras que describen claramente las condiciones 25 que imperarán
inmediatamente antes de la segunda venida de Cristo. Debieran levantar fielmente el estandarte
divino, y alzar su voz en protesta contra la sanción del tráfico de alcohol
mediante un estatuto legal. (Drunkenness and Crime, pág. 3). Te/EGW/MHP
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