Texto Base: Josué 10
LA SUMISIÓN DE GABAÓN a los israelitas desalentó a los reyes de Canaán. TOMARON inmediatamente medidas para vengarse de los que habían hecho la paz con los invasores. BAJO LA DIRECCIÓN DE ADONISEDEC, rey de Jerusalén, cinco de los reyes cananeos se confederaron contra Gabaón.
Sus Movimientos Fueron Rápidos.
LOS GABAONITAS no estaban preparados para defenderse y enviaron un mensaje a Josué que estaba en Gilgal: "No encojas tus manos de tus siervos; sube prestamente a nosotros para guardarnos y ayudarnos: porque todos los reyes de los Amorrheos que habitan en las montañas, se han juntado contra nosotros."
EL PELIGRO no sólo amenazaba al pueblo de Gabaón, sino también a Israel.
LA CIUDAD dominaba los pasos que daban acceso al centro y al sur de Palestina, y había que conservarla si se quería conquistar el país.
JOSUÉ se preparó en seguida para acudir en auxilio de Gabaón.
LOS HABITANTES DE LA CIUDAD SITIADA habían temido que a causa del fraude que habían cometido, Josué rechazara su pedido de ayuda.
PERO EN VISTA de que se habían sometido al dominio de Israel, y habían aceptado adorar a Dios, Josué se sintió obligado a protegerlos.
NO OBRÓ ESTA VEZ SIN CONSULTAR A DIOS, y el Señor le alentó en la empresa. "No tengas temor de ellos -fue el mensaje divino:- porque yo los he entregado en tu mano, y ninguno de ellos parará delante de ti."
ASÍ QUE "Subió Josué De Gilgal, él y todo el pueblo de guerra con él, y todos los hombres valientes."
MARCHANDO TODA LA NOCHE, tuvo sus fuerzas frente a Gabaón por la mañana. APENAS habían colocado los príncipes aliados sus ejércitos alrededor de la ciudad cuando Josué cayó sobre ellos. EL ATAQUE resultó una derrota total para los sitiadores. EL INMENSO EJÉRCITO INVASOR HUYÓ ANTE JOSUÉ montaña arriba por el desfiladero de Beth-orón; y habiendo ganado las alturas, se precipitaron montaña abajo al otro lado. ALLÍ ESTALLÓ sobre ellos terrible tempestad de granizo. "Jehová echó sobre ellos 543 del cielo grandes piedras. . . . Muchos más murieron de las piedras del granizo, que los que los hijos de Israel habían muerto a cuchillo."
MIENTRAS los amorreos continuaban huyendo precipitadamente, procurando hallar refugio en las fortalezas de la montaña, Josué, mirando hacia abajo desde la altura, vio que el día iba a resultar corto para completar su obra. SI SUS ENEMIGOS no quedaban completamente derrotados, se reunirían y reanudarían la lucha.
"ENTONCES JOSUÉ HABLÓ A JEHOVÁ, ... y dijo en presencia de los Israelitas: Sol, detente en Gabaón; y tú, Luna, en el valle de Ajalón.
Y EL SOL SE DETUVO Y LA LUNA SE PARÓ, hasta tanto que la gente se hubo vengado de sus enemigos.... El sol se paró en medio del cielo, y no se apresuró a ponerse casi un día entero."
ANTES DE QUE ANOCHECIERA, la promesa que Dios hizo a Josué se había cumplido. TODO EL EJÉRCITO ENEMIGO había sido entregado en sus manos.
ISRAEL IBA A RECORDAR durante mucho tiempo los acontecimientos de aquel día. "Nunca fue tal día antes ni después de aquél, habiendo atendido Jehová a la voz de un hombre: porque Jehová peleaba por Israel." "El sol y la luna se pararon en su estancia: a la luz de tus saetas anduvieron, y al resplandor de tu fulgente lanza. Con ira hollaste la tierra, con furor trillaste las gentes. Saliste para salvar tu pueblo." (Hab. 3:11-13).
EL ESPÍRITU DE DIOS INSPIRÓ LA ORACIÓN DE JOSUÉ, para que se manifestara otra vez el poder del Dios de Israel. POR CONSIGUIENTE, la petición no evidenciaba presunción por parte del gran caudillo.
AUNQUE JOSUÉ había recibido la promesa de que Dios derrocaría ciertamente a los enemigos de Israel, realizó un esfuerzo tan ardoroso como si el éxito de la empresa dependiera solamente de los ejércitos de Israel.
HIZO TODO LO QUE ERA POSIBLE para la energía humana,
Y LUEGO pidió con fe la ayuda divina.
EL SECRETO DEL ÉXITO estriba en la unión del líder divino con el esfuerzo humano. LOS QUE LOGRAN los mayores resultados son los que confían más implícitamente 544 en el Brazo todopoderoso.
El hombre que exclamó- "Sol, detente en Gabaón; y tú, Luna, en el valle de Ajalón es el mismo que durante muchas horas permanecía postrado en tierra, en ferviente oración, en el campamento de Gilgal. Los hombres que oran son los hombres fuertes.
ESTE GRAN MILAGRO atestigua
que toda la creación está bajo el dominio del Creador.
SATANÁS procura impedir a los hombres que vean la intervención divina en el mundo físico y quiere ocultarles la obra incansable de la gran Causa primera.
ESTE MILAGRO REPRENDE a todos los que ensalzan a la naturaleza sobre el Dios de la naturaleza.
POR SU PROPIA VOLUNTAD, Dios convoca las fuerzas de la naturaleza y les ordena que exterminen el poderío de sus enemigos; "el fuego y el granizo, la nieve y el vapor, el viento de tempestad que ejecuta su palabra." (Sal. 148:8).
CUANDO los paganos amorreos se empecinaron en su oposición a los propósitos de él, Dios intervino y lanzó "del cielo grandes piedras" sobre los enemigos de Israel.
SE NOS DICE que durante las escenas finales de la historia de este mundo, habrá una batalla más grande aún, cuando abrirá "Jehová su armería" y sacará "las armas de su indignación." PREGUNTA: "¿Has tú entrado en los tesoros de la nieve, o has visto los tesoros del granizo, lo cual tengo yo reservado para el tiempo de angustia, para el día de la guerra y de la batalla?" (Jer. 50:25, V.M.; Job 38:22,23).
EL REVELADOR describe la destrucción que se producirá cuando salga "una grande voz del templo del cielo, del trono, diciendo- Hecho es."
DICE ÉL: "Y cayó del cielo sobre los hombres un grande granizo como del peso de un talento." (Apoc. 16:17,21). PP 542-544/EGW/MHP