HAGAMOS todo lo que podamos para
mostrar a nuestros hijos
que hay un cielo que ganar y un infierno que evitar.
ENSEÑÉMOSLES a luchar por la vida eterna. . .
CRÍEN A SUS HIJOS en la admonición del Señor,
y los habrán hecho idóneos para trabajar en la
iglesia,
idóneos para ir a los campos misioneros,
idóneos para brillar en las cortes del Señor.
PADRES, no
traten de seguir las modas siempre cambiantes de esta época degenerada. No vale
la pena.
EN EL DÍA FINAL Dios les preguntará:
"¿Qué Hicieron Con Mi Rebaño, Mi Hermoso Rebaño?"
¿Cómo Le Contestarán Si Traicionaron Su Cometido?
Por amor de Cristo, les
ruego que protejan a sus hijos.
No sean regañones o
atropellados.
Háganlos pensar en cosas felices. . .
ESFUÉRCENSE con
todo el poder que Dios les ha dado para ganar la corona de la vida eterna, a
fin de que puedan arrojarla a los pies del Redentor y,
pulsando el arpa de oro, llenen todo el cielo con
hermosa música.
(Manuscrito 31, del 14 de abril de 1901,
"La vida cristiana"). 116 ATO/EGW/MHP
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