"¿Quién hizo oír esto desde el principio..... sino yo Jehová?
Y no hay más Dios que yo." Isa. 45:21.
LA
BIBLIA es la historia más antigua y abarcante que poseen los hombres.
Nació de la fuente de la verdad eterna y una mano divina ha preservado
su pureza a través de los siglos. Ilumina el lejano pasado en el cual
en vano trata de penetrar la investigación humana. Solamente en la
Palabra de Dios contemplamos el poder que puso los cimientos de la
tierra y extendió los cielos. Sólo en ella hallamos un relato auténtico
del origen de las naciones. Sólo en ella se da una historia de nuestra
raza, libre de prejuicios u orgullo humanos.
En
los anales de la historia humana, el crecimiento de las naciones, el
levantamiento y la caída de los imperios," parecen depender de la
voluntad y las proezas del hombre. Los sucesos parecen ser
determinados, en gran parte, por su poder, su ambición o su capricho.
Pero en la Palabra de Dios se descorre el velo, y contemplamos detrás,
encima y entre la trama y la urdimbre de los intereses, las pasiones y
el poder de los hombres, los agentes del Ser misericordioso, que
ejecutan silenciosa y pacientemente los consejos de la voluntad de
Dios.
La
Biblia revela la verdadera filosofía de la historia. En las palabras
de belleza inmaculada y ternura 174 que el apóstol Pablo dirigió a los
filósofos de Atenas, se expone el propósito que tenía Dios al crear y
distribuir las razas y naciones. El "de una sangre ha hecho todo
el linaje de los hombres, para que habiten sobre la faz de la tierra; y
les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su
habitación; para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando,
puedan hallarle". *Hechos 17:26,27.
Dios declara que cualquiera que lo desee puede
"entrar en los vínculos del pacto". *Eze. 20:37.
Al
crear la tierra, su propósito era que fuese habitada por seres cuya
existencia fuese una bendición para sí mismos y para los demás, y un
honor para su Creador.
Todos los que quieran pueden identificarse con este propósito. De los
tales se dirá:
"Este pueblo he creado para mi, mis alabanzas publicará".
*Isa. 43:21.
Dios ha revelado en su ley los principios básicos de toda prosperidad verdadera,
tanto de las naciones como de los individuos.
"Porque ésta es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia", declaró Moisés a los israelitas, refiriéndose a la ley de Dios. "Porque no os es cosa vana; es vuestra vida".
*Deut. 4:6; 32:47.
Las
bendiciones así aseguradas a Israel, se prometen en las mismas
condiciones y en el mismo grado a toda nación y a todo individuo que
existe debajo del amplio cielo.
El poder que ejerce todo gobernante en la tierra, se lo otorga el
cielo, y su éxito depende de cómo lo ejerce.
El Atalaya divino dice a cada cual: "Yo te ceñiré, aunque tú no me conociste". *Isa. 45:5.
Y para todos constituyen una lección de vida las palabras dirigidas a Nabucodonosor: "Tus
pecados redime con justicia, y tus iniquidades haciendo misericordias
para con los oprimidos, pues tal vez será eso una prolongación de tu
tranquilidad". *Dan. 4:27. 175
Comprender estas cosas, comprender que "la justicia engrandece a la nación"; que "con la justicia será afirmado el trono" y con "misericordia" *Prov. 14:34; 16:12; 20:28; reconocer la obra de estos principios en la manifestación del poder que "quita reyes, y pone reyes" *Dan. 2:21, es comprender la filosofía de la historia.
Sólo
en la Palabra de Dios está esto claramente expuesto. En ella se
muestra que la fuerza de las naciones, lo mismo que la de los
individuos, no se encuentra en las oportunidades o medios que parecen
hacerlos invencibles; ni tampoco en su pregonada grandeza.
Se mide por la fidelidad con que cumplen el propósito de Dios.
En la historia de la antigua Babilonia se encuentra una ilustración de esta verdad.
El verdadero objeto del gobierno nacional se le presentó al rey Nabucodonosor bajo la figura de un gran árbol, cuya "copa
llegaba hasta el cielo, y se le alcanzaba a ver desde todos los
confines de la tierra. Su follaje era hermoso y su fruto abundante, y
había en él alimento para todos. Debajo de él se ponían a la sombra las
bestias del campo, y en sus ramas hacían morada las aves del cielo".
*Dan. 4:11,12.
Esta
figura muestra el carácter de un gobierno que cumple el propósito de
Dios, un gobierno que protege y edifica a la nación.
Dios ensalzó a Babilonia para que pudiera cumplir ese propósito. La
nación prosperó hasta llegar a una altura de riqueza y poder que desde
entonces nunca ha sido igualada, y que en las Escrituras está
adecuadamente representada por el inspirado símbolo de una "cabeza de oro". *Dan. 2:38.
Pero el rey no reconoció el poder que lo había encumbrado. Lleno de orgullo, dijo Nabucodonosor: "¿No
es ésta la gran Babilonia que yo edifiqué 176 para casa real con la
fuerza de mi poder, y para gloria de mi majestad?". *Dan. 4:30.
En vez de ser protectora de los hombres.
Babilonia se convirtió en orgullosa y cruel opresora.
Las
palabras de la Inspiración, que describen la crueldad y la voracidad de
los gobernantes de Israel, revelan el secreto de la caída de Babilonia,
y de la de muchos otros reinos que han caído desde que empezó el mundo:
"Coméis
la grosura, y os vestís de la lana; la engordada degolláis, mas no
apacentáis a las ovejas. No fortalecisteis las débiles, ni curasteis la
enferma; no vendasteis la perniquebrada, ni buscasteis la perdida, sino
que os habéis enseñoreado de ellas con dureza y con violencia". *Eze.
34:3,4.
El Atalaya divino pronunció contra el rey de Babilonia la sentencia: "¡A ti se te dice, rey Nabucodonosor: El reino ha sido quitado de ti". *Dan. 4:31.
"Desciende y siéntate en el polvo, virgen hija de Babilonia.
Siéntate en la tierra, sin trono. . .
Siéntate, calla,
Y entra en tinieblas, hija de los caldeos;
Porque nunca más te llamarán señora de reinos". *Isa. 47:1-5.
"Tú, la que moras entre muchas aguas, rica en tesoros,
Ha venido tu fin, la medida de tu codicia".
"Y Babilonia, hermosura de reinos
Y ornamento de la grandeza de los caldeos,
Será como Sodoma y
Gomorra, a las que trastornó Dios".
*Jer. 51:13; Isa. 13:19.
Gomorra, a las que trastornó Dios".
*Jer. 51:13; Isa. 13:19.
"Y la convertiré en posesión de erizos, y en lagunas de agua;
y la
barreré con escobas de destrucción,
dice Jehová de los ejércitos".
*Isa. 14:23.
*Isa. 14:23.
Se
ha permitido a toda nación que ha ascendido al escenario de la historia
que ocupe su lugar en 177 la tierra para ver si va a cumplir o no el
propósito del "Vigilante y Santo".
La profecía ha anunciado el levantamiento y la caída de los grandes imperios del mundo: Babilonia, Medo-Persia, Grecia y Roma.
La historia se repitió con cada una de ellas, lo mismo que con naciones menos poderosas. Cada una tuvo su período de prueba,
fracasó, su gloria se marchitó, perdió su poder, y su lugar fue ocupado
por otra.
Aunque las naciones rechazaron los principios de Dios y provocaron con
ese rechazamiento su propia ruina, es evidente que el propósito divino
predominó y se manifestó en todos sus movimientos.
Una
maravillosa representación simbólica dada al profeta Ezequiel durante
su destierro en la tierra de los caldeos, enseña esta lección. Recibió
la visión cuando estaba abrumado por recuerdos tristes y presentimientos
inquietantes. La tierra de sus padres estaba desolada; Jerusalén,
despoblada. El profeta mismo era extranjero en un país donde reinaban
supremas la ambición y la crueldad. Por todas partes veía
manifestaciones de tiranía e injusticia. Su alma estaba afligida y se
lamentaba día y noche. Pero los símbolos que se le presentaron ponían
en evidencia un poder superior al de los gobernantes terrenales.
A orillas del río Quebar, Ezequiel vio un torbellino que parecía,
proceder del norte, "una
gran nube, con un fuego envolvente, y alrededor de él un esplendor, y
en medio del fuego algo que parecía como bronce refulgente". *Eze. 1:4.
Cuatro seres vivientes movían numerosas ruedas entrelazadas. Por encima de todo esto
"se
veía la figura de un trono que parecía de piedra de zafiro; y sobre la
figura del trono había una semejanza que parecía de hombre sentado sobre
él". "Y apareció en los querubines la figura de una mano de hombre
debajo de sus alas". *Eze. 1:26; 10:8. 178
Las
ruedas estaban dispuestas en forma tan complicada, que a primera vista
parecía que estaban en desorden; pero se movían en perfecta armonía.
Seres celestiales empujaban las ruedas, y ellos, a su vez, eran
sostenidos y guiados por la mano que estaba debajo de los querubines;
sobre ellos, en el trono de zafiro, estaba el Eterno, y alrededor del
trono un arco iris, emblema de la misericordia divina.
Así
como la disposición complicada de las ruedas estaba bajo la dirección
de la mano que se veía debajo de las alas de los querubines, Dios
dirige el complicado manejo de los acontecimientos humanos. En medio
de la lucha y el tumulto de las naciones, Aquel que se sienta por encima
de los querubines, aún dirige los asuntos terrenales.
La
historia de las naciones que sucesivamente ocuparon el tiempo y el
lugar que se les asignó, y que inconscientemente dieron testimonio de la
verdad cuyo significado ignoraban, tiene un mensaje para nosotros.
Dios ha asignado un lugar en su gran plan a toda nación
y a todo individuo de la actualidad.
Hoy los hombres y las naciones son medidos por la plomada
que sostiene Aquel que no se equivoca.
“Todos deciden su destino por su propia resolución, y Dios dirige todo para que se cumplan sus propósitos”.
La historia que el gran YO SOY ha trazado en su Palabra, al unir los
eslabones de la cadena profética desde la eternidad pasada hasta la
eternidad futura, nos dice dónde estamos hoy en el transcurso de los
siglos, y qué es lo que se puede esperar del futuro.
Todo
lo que la profecía anunció que sucedería hasta el presente, ha sido
registrado en las páginas de la historia, y podemos estar seguros de que
todo lo que vendrá aún se cumplirá en su orden. 179
En
la Palabra de verdad se predice claramente la caída final de los
dominios terrenales. En la profecía anunciada cuando Dios pronunció la
sentencia contra el último rey de Israel, se da el mensaje: "Así
ha dicho Jehová el Señor: Depón la tiara, quita la corona... sea
exaltado lo bajo, y humillado lo alto. A ruina, a ruina, a ruina lo
reduciré, y esto no será más, hasta que venga aquel cuyo es el derecho, y
yo se lo entregaré". *Eze. 21:26,27.
La corona que se le quitó a Israel pasó sucesivamente a
los reinos de Babilonia, Medo-Persia, Grecia y Roma.
Dios dice: "Esto no será más, hasta que venga aquel
cuyo es el derecho, y yo se lo entregaré."
Ese tiempo está cerca. Las señales de los tiempos declaran hoy que
estamos en el umbral de sucesos grandes y solemnes. Todo está en
agitación en el mundo. Ante nuestra vista se cumple la profecía del
Salvador referente a los sucesos que precederán a su venida:
"Oiréis de guerras, y rumores de guerras. . . Se levantará nación
contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y
terremotos en diferentes lugares".
Mt. 24:6,7.
La
época actual es de sumo interés para todos los vivientes. Los
gobernantes y estadistas, los hombres que ocupan puestos de confianza y
autoridad, los hombres y mujeres que piensan, de toda clase social
tienen la atención fija en los sucesos que ocurren alrededor de
nosotros.
Observan
las relaciones tirantes que mantienen las naciones. Observan la
tensión que se está apoderando de todo elemento terrenal, y reconocen
que está por ocurrir algo grande y decisivo, que el mundo está al borde
de una crisis estupenda.
En
este mismo momento los ángeles están sosteniendo los vientos de
contienda para que no soplen 180 hasta que el mundo reciba la
advertencia de su próxima condenación; pero se está preparando una
tormenta; ya está lista para estallar sobre la tierra; y cuando Dios
ordene a sus ángeles que suelten los vientos, habrá una escena tal de
lucha, que ninguna pluma podría describirla.
*SOLO LA BIBLIA ACLARA LA HISTORIA.
La
Biblia, y sólo la Biblia da una idea exacta de estas cosas. En ella se
revelan las grandes escenas finales de la historia de nuestro mundo,
sucesos que ya proyectan sus sombras, que al aproximarse hacen temblar
la tierra con su ruido y hacen desfallecer de temor a los hombres.
"He
aquí que Jehová vacía la tierra y la desnuda, y trastorna su faz, y
hace esparcir a sus moradores. . . Porque traspasaron las leyes,
falsearon el derecho, quebrantaron el pacto sempiterno. Por esta causa
la maldición consumió la tierra, y sus moradores fueron asolados. . .
Cesó el regocijo de los panderos, se acabó el estruendo de los que se
alegran, cesó la alegría del arpa". *Isa. 24:1-8
"¡Ay
del día! porque cercano está el día de Jehová, y vendrá como
destrucción por el Todopoderoso. . . El grano se pudrió debajo de los
terrones, los graneros fueron asolados, los alfolíes destruidos; porque
se secó el trigo. ¡Cómo gimieron las bestias! ¡Cuán turbados anduvieron
los hatos de los bueyes, porque no tuvieron pastos! También fueron
asolados los rebaños de las ovejas".
"La vid está seca, y pereció la higuera; el granado también, la palmera
y el manzano; todos los árboles del campo se secaron, por lo cual se
extinguió el gozo de los hijos de los hombres". Joel 1:15-18,12.
"Me
duelen las fibras de mi corazón. . . no callaré; porque sonido de
trompeta has oído, oh alma 181 mía, pregón de guerra. Quebrantamiento
sobre quebrantamiento es anunciado; porque toda la tierra es destruida;
de repente son destruidas mis tiendas, en un momento mis cortinas".
"Miré a la tierra, y he aquí que estaba asolada y vacía; y a los cielos,
y no había en ellos luz. Miré a los montes, y he aquí que temblaban, y
todos los collados fueron destruidos. Miré, y no había hombre, y todas
las aves del cielo se habían ido. Miré, y he aquí el campo fértil era
un desierto, y todas sus ciudades eran asoladas delante de Jehová…".
*Jer. 4:19,20, 23-26
*Jer. 4:19,20, 23-26
"¡Ah,
cuán grande es aquel día! Tanto, que, no hay otro semejante a él;
tiempo de angustia para Jacob; pero de ella será librado". *Jer. 30:7.
"Anda,
pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas;
escóndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa la indignación".
Isa. 26:20.
Isa. 26:20.
"Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza,
Al Altísimo por tu habitación,
No te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada".
*Sal. 91:9,10.
*Sal. 91:9,10.
"El Dios de dioses, Jehová, ha hablado, y convocado la tierra,
Desde el nacimiento del sol hasta donde se pone.
De Sión, perfección de hermosura,
Dios ha resplandecido.
Vendrá nuestro Dios, y no callará;
Fuego consumirá delante de él,
Y tempestad poderosa le rodeará.
*Convocará a los cielos de arriba,
Y a la tierra, para juzgar a su pueblo. . .
Y los cielos declararán su justicia,
Porque Dios es el juez". *Isa. 50:1-3,4-6.
"Hija
de Sión. . . allí serás librada, allí te redimirá Jehová de la mano de
tus enemigos. Pero 182 ahora se han juntado muchas naciones contra ti, y
dicen: Sea profanada, y vean nuestros ojos su deseo en Sión.
Mas ellos no conocieron los pensamientos de Jehová, ni entendieron su
consejo".
*Miq. 4:10-12.
"Más
yo haré venir sanidad para ti, y sanaré tus heridas, dice Jehová;
porque desechada te llamaron, diciendo: Esta es Sion, de la que nadie se
acuerda. Así ha dicho Jehová: He aquí yo hago volver los cautivos de
las tiendas de Jacob, y de sus tiendas tendré misericordia".
* Jer. 30:17,18.
Y se dirá en aquel día:
"He aquí, éste es nuestro Dios,
Le hemos esperado, y nos salvará;
Este es Jehová a quien hemos esperado,
Nos gozaremos y nos alegraremos en su salvación".
"Destruirá a la muerte para siempre. . . y quitará la afrenta de su pueblo de toda la tierra; porque Jehová lo ha dicho". *Isa. 25:9,8.
"¡Mira
a Sión, ciudad de nuestras fiestas solemnes! tus ojos verán a
Jerusalén, morada de quietud, tienda que no será desarmada. . . Porque
Jehová es nuestro juez, Jehová es nuestro legislador, Jehová es nuestro
Rey".
*Isa. 33:20-22.
"Juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad
por los mansos de la tierra". Isa. 11:4.
Entonces se cumplirá el propósito de Dios;
los principios de su reino serán honrados
por todos los que habiten debajo del sol.
"Nunca más se oirá en tu tierra violencia,
Destrucción ni quebrantamiento en su territorio,
Sino que a tus muros llamarás Salvación,
Y a tus puertas Alabanza".
"Con justicia serás adornada;
Estarás lejos de opresión, porque no temerás,
Y de temor, porque no se acercará a ti".
* Isa. 60:18; 54:14. 183
Los profetas a quienes fueron reveladas estas grandes escenas anhelaban comprender su significado. Ellos "inquirieron.
. . diligentemente. . . escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba
el Espíritu de Cristo que estaba en ellos. . . A éstos se les reveló que
no para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que
ahora os son anunciadas. . . cosas en las cuales anhelan mirar los
ángeles".
*1 Pedro 1:10-12.
*1 Pedro 1:10-12.
Para
nosotros, que estamos al borde mismo de su cumplimiento, ¡de cuán
profunda importancia, de cuán palpitante interés, son estas
descripciones de los sucesos venideros, que los hijos de Dios han
esperado, anhelado, y orado desde que nuestros primeros padres salieron
del Edén!
En
este tiempo, antes de la gran crisis final, lo mismo que antes de la
primera destrucción del mundo, los hombres están absortos en los
placeres y otras ocupaciones que atañen a los sentidos.
Embargados por lo visible y lo transitorio,
han perdido de vista lo invisible y lo eterno.
Sacrifican
riquezas imperecederas por cosas que perecen con el uso. Es necesario
elevar sus mentes y ampliar sus conceptos de la vida. Es necesario
despertarlos del letargo del sueño mundano.
Necesitan
aprender, del nacimiento y la caída de las naciones, tal como lo
presenta la Santa Escritura, de cuán poco valor es la gloria externa y
mundanal. Babilonia, con todo su poder y magnificencia, que el mundo no
volvió a contemplar -poder y magnificencia que parecieron estables y
duraderos- ha desaparecido completamente.
Ha perecido "como la flor del campo".
Así perece todo lo que no tiene a Dios como cimiento. Sólo puede
durar lo que está ligado al propósito divino y expresa el carácter de
Dios. Sus principios son lo único firme que el mundo conoce. 184
Estas son las grandes verdades que tanto
los jóvenes como los ancianos necesitan aprender.
Necesitamos
estudiar el cumplimiento del propósito de Dios en la historia de las
naciones y en la revelación de las cosas futuras, a fin de poder estimar
en su verdadero valor las cosas visibles e invisibles, aprender cuál es
el verdadero ideal de la vida; dar el uso más noble y adecuado a las
cosas del tiempo, una vez consideradas a la luz de la eternidad.
De
este modo, al aprender aquí los principios de su reino, y al llegar a
ser sus súbditos y ciudadanos, podremos prepararnos para entrar en
posesión de él cuando el Señor venga.
El día está cerca. El tiempo que queda es demasiado breve para las
lecciones que hay que aprender, la obra que hay que hacer, la
transformación del carácter que debe efectuarse.
"Hijo de hombre, he aquí que los de la casa de Israel dicen: La
visión que éste ve es para de aquí a muchos días, para lejanos tiempos
profetiza éste. Diles, por tanto: Así ha dicho Jehová el Señor: No se
tardará más ninguna de mis palabras, sino que la palabra que yo hable se
cumplirá, dice Jehová el Señor". *Eze. 12:27,28.
(La Educación de Elena G de White) 185
(La Educación de Elena G de White) 185
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