lunes, 22 de julio de 2019

05. LA HISTORIA Y LA PROFECÍA

"¿Quién hizo oír esto desde el principio..... sino yo Jehová? 
Y no hay más Dios que yo." Isa. 45:21. 
LA BIBLIA es la historia más antigua y abarcante que poseen los hombres. Nació de la fuente de la verdad eterna y una mano divina ha preservado su pureza a través de los siglos. Ilumina el lejano pasado en el cual en vano trata de penetrar la investigación humana. Solamente en la Palabra de Dios contemplamos el poder que puso los cimientos de la tierra y extendió los cielos. Sólo en ella hallamos un relato auténtico del origen de las naciones. Sólo en ella se da una historia de nuestra raza, libre de prejuicios u orgullo humanos. 

En los anales de la historia humana, el crecimiento de las naciones, el levantamiento y la caída de los imperios," parecen depender de la voluntad y las proezas del hombre. Los sucesos parecen ser determinados, en gran parte, por su poder, su ambición o su capricho. Pero en la Palabra de Dios se descorre el velo, y contemplamos detrás, encima y entre la trama y la urdimbre de los intereses, las pasiones y el poder de los hombres, los agentes del Ser misericordioso, que ejecutan silenciosa y pacientemente los consejos de la voluntad de Dios. 

La Biblia revela la verdadera filosofía de la historia. En las palabras de belleza inmaculada y ternura 174 que el apóstol Pablo dirigió a los filósofos de Atenas, se expone el propósito que tenía Dios al crear y distribuir las razas y naciones. El "de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación; para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle". *Hechos 17:26,27. 

Dios declara que cualquiera que lo desee puede 
"entrar en los vínculos del pacto". *Eze. 20:37

 Al crear la tierra, su propósito era que fuese habitada por seres cuya existencia fuese una bendición para sí mismos y para los demás, y un honor para su Creador. Todos los que quieran pueden identificarse con este propósito. De los tales se dirá: 
"Este pueblo he creado para mi, mis alabanzas publicará". 
*Isa. 43:21. 

Dios ha revelado en su ley los principios básicos de toda prosperidad verdadera, 
tanto de las naciones como de los individuos. 

"Porque ésta es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia", declaró Moisés a los israelitas, refiriéndose a la ley de Dios. "Porque no os es cosa vana; es vuestra vida". 
*Deut. 4:6; 32:47. 

 Las bendiciones así aseguradas a Israel, se prometen en las mismas condiciones y en el mismo grado a toda nación y a todo individuo que existe debajo del amplio cielo.

 El poder que ejerce todo gobernante en la tierra, se lo otorga el 
cielo, y su éxito depende de cómo lo ejerce. 

 El Atalaya divino dice a cada cual: "Yo te ceñiré, aunque tú no me conociste". *Isa. 45:5. Y para todos constituyen una lección de vida las palabras dirigidas a Nabucodonosor: "Tus pecados redime con justicia, y tus iniquidades haciendo misericordias para con los oprimidos, pues tal vez será eso una prolongación de tu tranquilidad". *Dan. 4:27. 175 

Comprender estas cosas, comprender que "la justicia engrandece a la nación"; que "con la justicia será afirmado el trono" y con "misericordia" *Prov. 14:34; 16:12; 20:28; reconocer la obra de estos principios en la manifestación del poder que "quita reyes, y pone reyes" *Dan. 2:21, es comprender la filosofía de la historia. 

 Sólo en la Palabra de Dios está esto claramente expuesto. En ella se muestra que la fuerza de las naciones, lo mismo que la de los individuos, no se encuentra en las oportunidades o medios que parecen hacerlos invencibles; ni tampoco en su pregonada grandeza.
Se mide por la fidelidad con que cumplen el propósito de Dios. 

En la historia de la antigua Babilonia se encuentra una ilustración de esta verdad. El verdadero objeto del gobierno nacional se le presentó al rey Nabucodonosor bajo la figura de un gran árbol, cuya "copa llegaba hasta el cielo, y se le alcanzaba a ver desde todos los confines de la tierra. Su follaje era hermoso y su fruto abundante, y había en él alimento para todos. Debajo de él se ponían a la sombra las bestias del campo, y en sus ramas hacían morada las aves del cielo". *Dan. 4:11,12.

 Esta figura muestra el carácter de un gobierno que cumple el propósito de Dios, un gobierno que protege y edifica a la nación. Dios ensalzó a Babilonia para que pudiera cumplir ese propósito. La nación prosperó hasta llegar a una altura de riqueza y poder que desde entonces nunca ha sido igualada, y que en las Escrituras está adecuadamente representada por el inspirado símbolo de una "cabeza de oro". *Dan. 2:38. 

Pero el rey no reconoció el poder que lo había encumbrado. Lleno de orgullo, dijo Nabucodonosor: "¿No es ésta la gran Babilonia que yo edifiqué 176 para casa real con la fuerza de mi poder, y para gloria de mi majestad?". *Dan. 4:30. 

En vez de ser protectora de los hombres. 
 Babilonia se convirtió en orgullosa y cruel opresora. 

 Las palabras de la Inspiración, que describen la crueldad y la voracidad de los gobernantes de Israel, revelan el secreto de la caída de Babilonia, y de la de muchos otros reinos que han caído desde que empezó el mundo: "Coméis la grosura, y os vestís de la lana; la engordada degolláis, mas no apacentáis a las ovejas. No fortalecisteis las débiles, ni curasteis la enferma; no vendasteis la perniquebrada, ni buscasteis la perdida, sino que os habéis enseñoreado de ellas con dureza y con violencia". *Eze. 34:3,4. 

El Atalaya divino pronunció contra el rey de Babilonia la sentencia: "¡A ti se te dice, rey Nabucodonosor: El reino ha sido quitado de ti". *Dan. 4:31. "Desciende y siéntate en el polvo, virgen hija de Babilonia. Siéntate en la tierra, sin trono. . . Siéntate, calla, Y entra en tinieblas, hija de los caldeos; Porque nunca más te llamarán señora de reinos". *Isa. 47:1-5. "Tú, la que moras entre muchas aguas, rica en tesoros, Ha venido tu fin, la medida de tu codicia". "Y Babilonia, hermosura de reinos Y ornamento de la grandeza de los caldeos, Será como Sodoma y 
Gomorra, a las que trastornó Dios".
 *Jer. 51:13; Isa. 13:19. 

"Y la convertiré en posesión de erizos, y en lagunas de agua; 
y la barreré con escobas de destrucción, 
dice Jehová de los ejércitos". 
*Isa. 14:23. 

 Se ha permitido a toda nación que ha ascendido al escenario de la historia que ocupe su lugar en 177 la tierra para ver si va a cumplir o no el propósito del "Vigilante y Santo". 

 La profecía ha anunciado el levantamiento y la caída de los grandes imperios del mundo: Babilonia, Medo-Persia, Grecia y Roma. 

 La historia se repitió con cada una de ellas, lo mismo que con naciones menos poderosas. Cada una tuvo su período de prueba, fracasó, su gloria se marchitó, perdió su poder, y su lugar fue ocupado por otra. Aunque las naciones rechazaron los principios de Dios y provocaron con ese rechazamiento su propia ruina, es evidente que el propósito divino predominó y se manifestó en todos sus movimientos. 

Una maravillosa representación simbólica dada al profeta Ezequiel durante su destierro en la tierra de los caldeos, enseña esta lección. Recibió la visión cuando estaba abrumado por recuerdos tristes y presentimientos inquietantes. La tierra de sus padres estaba desolada; Jerusalén, despoblada. El profeta mismo era extranjero en un país donde reinaban supremas la ambición y la crueldad. Por todas partes veía manifestaciones de tiranía e injusticia. Su alma estaba afligida y se lamentaba día y noche. Pero los símbolos que se le presentaron ponían en evidencia un poder superior al de los gobernantes terrenales. A orillas del río Quebar, Ezequiel vio un torbellino que parecía, proceder del norte, "una gran nube, con un fuego envolvente, y alrededor de él un esplendor, y en medio del fuego algo que parecía como bronce refulgente". *Eze. 1:4. 

Cuatro seres vivientes movían numerosas ruedas entrelazadas. Por encima de todo esto 
"se veía la figura de un trono que parecía de piedra de zafiro; y sobre la figura del trono había una semejanza que parecía de hombre sentado sobre él". "Y apareció en los querubines la figura de una mano de hombre debajo de sus alas". *Eze. 1:26; 10:8. 178 

 Las ruedas estaban dispuestas en forma tan complicada, que a primera vista parecía que estaban en desorden; pero se movían en perfecta armonía. Seres celestiales empujaban las ruedas, y ellos, a su vez, eran sostenidos y guiados por la mano que estaba debajo de los querubines; sobre ellos, en el trono de zafiro, estaba el Eterno, y alrededor del trono un arco iris, emblema de la misericordia divina. 

 Así como la disposición complicada de las ruedas estaba bajo la dirección de la mano que se veía debajo de las alas de los querubines, Dios dirige el complicado manejo de los acontecimientos humanos. En medio de la lucha y el tumulto de las naciones, Aquel que se sienta por encima de los querubines, aún dirige los asuntos terrenales. 

La historia de las naciones que sucesivamente ocuparon el tiempo y el lugar que se les asignó, y que inconscientemente dieron testimonio de la verdad cuyo significado ignoraban, tiene un mensaje para nosotros. 

 Dios ha asignado un lugar en su gran plan a toda nación 
y a todo individuo de la actualidad. 
 Hoy los hombres y las naciones son medidos por la plomada 
que sostiene Aquel que no se equivoca. 

 “Todos deciden su destino por su propia resolución, y Dios dirige todo para que se cumplan sus propósitos”.

La historia que el gran YO SOY ha trazado en su Palabra, al unir los eslabones de la cadena profética desde la eternidad pasada hasta la eternidad futura, nos dice dónde estamos hoy en el transcurso de los siglos, y qué es lo que se puede esperar del futuro. 

 Todo lo que la profecía anunció que sucedería hasta el presente, ha sido registrado en las páginas de la historia, y podemos estar seguros de que todo lo que vendrá aún se cumplirá en su orden. 179 

En la Palabra de verdad se predice claramente la caída final de los dominios terrenales. En la profecía anunciada cuando Dios pronunció la sentencia contra el último rey de Israel, se da el mensaje: "Así ha dicho Jehová el Señor: Depón la tiara, quita la corona... sea exaltado lo bajo, y humillado lo alto. A ruina, a ruina, a ruina lo reduciré, y esto no será más, hasta que venga aquel cuyo es el derecho, y yo se lo entregaré". *Eze. 21:26,27. 

La corona que se le quitó a Israel pasó sucesivamente a 
los reinos de Babilonia, Medo-Persia, Grecia y Roma. 

Dios dice: "Esto no será más, hasta que venga aquel 
cuyo es el derecho, y yo se lo entregaré."

Ese tiempo está cerca. Las señales de los tiempos declaran hoy que estamos en el umbral de sucesos grandes y solemnes. Todo está en agitación en el mundo. Ante nuestra vista se cumple la profecía del Salvador referente a los sucesos que precederán a su venida: "Oiréis de guerras, y rumores de guerras. . . Se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares". Mt. 24:6,7. 

La época actual es de sumo interés para todos los vivientes. Los gobernantes y estadistas, los hombres que ocupan puestos de confianza y autoridad, los hombres y mujeres que piensan, de toda clase social tienen la atención fija en los sucesos que ocurren alrededor de nosotros.

 Observan las relaciones tirantes que mantienen las naciones. Observan la tensión que se está apoderando de todo elemento terrenal, y reconocen que está por ocurrir algo grande y decisivo, que el mundo está al borde de una crisis estupenda. 

En este mismo momento los ángeles están sosteniendo los vientos de contienda para que no soplen 180 hasta que el mundo reciba la advertencia de su próxima condenación; pero se está preparando una tormenta; ya está lista para estallar sobre la tierra; y cuando Dios ordene a sus ángeles que suelten los vientos, habrá una escena tal de lucha, que ninguna pluma podría describirla.

 *SOLO LA BIBLIA ACLARA LA HISTORIA. 
La Biblia, y sólo la Biblia da una idea exacta de estas cosas. En ella se revelan las grandes escenas finales de la historia de nuestro mundo, sucesos que ya proyectan sus sombras, que al aproximarse hacen temblar la tierra con su ruido y hacen desfallecer de temor a los hombres. 

"He aquí que Jehová vacía la tierra y la desnuda, y trastorna su faz, y hace esparcir a sus moradores. . . Porque traspasaron las leyes, falsearon el derecho, quebrantaron el pacto sempiterno. Por esta causa la maldición consumió la tierra, y sus moradores fueron asolados. . . Cesó el regocijo de los panderos, se acabó el estruendo de los que se alegran, cesó la alegría del arpa". *Isa. 24:1-8 

 "¡Ay del día! porque cercano está el día de Jehová, y vendrá como destrucción por el Todopoderoso. . . El grano se pudrió debajo de los terrones, los graneros fueron asolados, los alfolíes destruidos; porque se secó el trigo. ¡Cómo gimieron las bestias! ¡Cuán turbados anduvieron los hatos de los bueyes, porque no tuvieron pastos! También fueron asolados los rebaños de las ovejas". "La vid está seca, y pereció la higuera; el granado también, la palmera y el manzano; todos los árboles del campo se secaron, por lo cual se extinguió el gozo de los hijos de los hombres". Joel 1:15-18,12. 

 "Me duelen las fibras de mi corazón. . . no callaré; porque sonido de trompeta has oído, oh alma 181 mía, pregón de guerra. Quebrantamiento sobre quebrantamiento es anunciado; porque toda la tierra es destruida; de repente son destruidas mis tiendas, en un momento mis cortinas". "Miré a la tierra, y he aquí que estaba asolada y vacía; y a los cielos, y no había en ellos luz. Miré a los montes, y he aquí que temblaban, y todos los collados fueron destruidos. Miré, y no había hombre, y todas las aves del cielo se habían ido. Miré, y he aquí el campo fértil era un desierto, y todas sus ciudades eran asoladas delante de Jehová…". 
*Jer. 4:19,20, 23-26 

 "¡Ah, cuán grande es aquel día! Tanto, que, no hay otro semejante a él; tiempo de angustia para Jacob; pero de ella será librado". *Jer. 30:7. 

"Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas; escóndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa la indignación". 
 Isa. 26:20. 

 "Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, Al Altísimo por tu habitación, No te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada". 
*Sal. 91:9,10. 

 "El Dios de dioses, Jehová, ha hablado, y convocado la tierra, Desde el nacimiento del sol hasta donde se pone. De Sión, perfección de hermosura, Dios ha resplandecido. Vendrá nuestro Dios, y no callará; Fuego consumirá delante de él, Y tempestad poderosa le rodeará. *Convocará a los cielos de arriba, Y a la tierra, para juzgar a su pueblo. . . Y los cielos declararán su justicia, Porque Dios es el juez". *Isa. 50:1-3,4-6. 

"Hija de Sión. . . allí serás librada, allí te redimirá Jehová de la mano de tus enemigos. Pero 182 ahora se han juntado muchas naciones contra ti, y dicen: Sea profanada, y vean nuestros ojos su deseo en Sión. Mas ellos no conocieron los pensamientos de Jehová, ni entendieron su consejo". *Miq. 4:10-12. 

 "Más yo haré venir sanidad para ti, y sanaré tus heridas, dice Jehová; porque desechada te llamaron, diciendo: Esta es Sion, de la que nadie se acuerda. Así ha dicho Jehová: He aquí yo hago volver los cautivos de las tiendas de Jacob, y de sus tiendas tendré misericordia".
 * Jer. 30:17,18. 

 Y se dirá en aquel día: "He aquí, éste es nuestro Dios, Le hemos esperado, y nos salvará; Este es Jehová a quien hemos esperado, Nos gozaremos y nos alegraremos en su salvación". "Destruirá a la muerte para siempre. . . y quitará la afrenta de su pueblo de toda la tierra; porque Jehová lo ha dicho". *Isa. 25:9,8. 

 "¡Mira a Sión, ciudad de nuestras fiestas solemnes! tus ojos verán a Jerusalén, morada de quietud, tienda que no será desarmada. . . Porque Jehová es nuestro juez, Jehová es nuestro legislador, Jehová es nuestro Rey". 
*Isa. 33:20-22. 

"Juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad 
por los mansos de la tierra". Isa. 11:4. 

Entonces se cumplirá el propósito de Dios; 
los principios de su reino serán honrados 
por todos los que habiten debajo del sol. 

 "Nunca más se oirá en tu tierra violencia, Destrucción ni quebrantamiento en su territorio, Sino que a tus muros llamarás Salvación, Y a tus puertas Alabanza". "Con justicia serás adornada; Estarás lejos de opresión, porque no temerás, Y de temor, porque no se acercará a ti". 
* Isa. 60:18; 54:14. 183 

Los profetas a quienes fueron reveladas estas grandes escenas anhelaban comprender su significado. Ellos "inquirieron. . . diligentemente. . . escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos. . . A éstos se les reveló que no para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que ahora os son anunciadas. . . cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles". 
*1 Pedro 1:10-12. 

 Para nosotros, que estamos al borde mismo de su cumplimiento, ¡de cuán profunda importancia, de cuán palpitante interés, son estas descripciones de los sucesos venideros, que los hijos de Dios han esperado, anhelado, y orado desde que nuestros primeros padres salieron del Edén! 

En este tiempo, antes de la gran crisis final, lo mismo que antes de la primera destrucción del mundo, los hombres están absortos en los placeres y otras ocupaciones que atañen a los sentidos.

 Embargados por lo visible y lo transitorio, 
han perdido de vista lo invisible y lo eterno. 

 Sacrifican riquezas imperecederas por cosas que perecen con el uso. Es necesario elevar sus mentes y ampliar sus conceptos de la vida. Es necesario despertarlos del letargo del sueño mundano. 

Necesitan aprender, del nacimiento y la caída de las naciones, tal como lo presenta la Santa Escritura, de cuán poco valor es la gloria externa y mundanal. Babilonia, con todo su poder y magnificencia, que el mundo no volvió a contemplar -poder y magnificencia que parecieron estables y duraderos- ha desaparecido completamente. 

 Ha perecido "como la flor del campo". Así perece todo lo que no tiene a Dios como cimiento. Sólo puede durar lo que está ligado al propósito divino y expresa el carácter de Dios. Sus principios son lo único firme que el mundo conoce. 184 
Estas son las grandes verdades que tanto
 los jóvenes como los ancianos necesitan aprender. 

 Necesitamos estudiar el cumplimiento del propósito de Dios en la historia de las naciones y en la revelación de las cosas futuras, a fin de poder estimar en su verdadero valor las cosas visibles e invisibles, aprender cuál es el verdadero ideal de la vida; dar el uso más noble y adecuado a las cosas del tiempo, una vez consideradas a la luz de la eternidad. 

 De este modo, al aprender aquí los principios de su reino, y al llegar a ser sus súbditos y ciudadanos, podremos prepararnos para entrar en posesión de él cuando el Señor venga. 
El día está cerca. El tiempo que queda es demasiado breve para las lecciones que hay que aprender, la obra que hay que hacer, la transformación del carácter que debe efectuarse. "Hijo de hombre, he aquí que los de la casa de Israel dicen: La visión que éste ve es para de aquí a muchos días, para lejanos tiempos profetiza éste. Diles, por tanto: Así ha dicho Jehová el Señor: No se tardará más ninguna de mis palabras, sino que la palabra que yo hable se cumplirá, dice Jehová el Señor". *Eze. 12:27,28. 
(La Educación de Elena G de White) 185

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